Encendimos un cigarrillo
abandonados
ocultas las pupilas
y los pulmones en llamas.
Había ocurrido algo hermoso
como sólo las primeras veces
confundidos los sentidos
invadidos por la música.
Apenas fueron palabras
o miradas, quizás besos.
Apenas fueron silencios
o susurros, o suspiros.
Respiramos entre el humo
compartido
Cuerpos sudorosos
y corazones desbocados.
Nos miramos sonrientes
adivinando que mañana
volvería a ser
una primera vez.
Respirando el aliento, entre él humo y la pasión.
ResponderEliminarUn beso.
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ResponderEliminarNo existe mejor alimento para los pulmones.
ResponderEliminarSiempre es una primera vez... porque nunca se es el mismo...
ResponderEliminarEntonces cada mañana, será la primera vez...
Un beso.