lunes, 24 de diciembre de 2018

Miradas


Ese día la miré
directamente a los ojos
me reí en su cara
sin dudas
sabía que era cuestión
de tiempo
quizás, incluso, ese era
el momento
el fin de mi tiempo.

No me importó
me reí en su cara
con dos cojones
o sin pensarlo mucho
eso es lo de menos
lo importante es que allí
estábamos,
los dos
mirándonos fijamente
víctima y verdugo
la fuerza y la debilidad
sin saber muy bien quien
era quien

¿No tienes miedo?
- En absoluto.
- Eres un insensato.
-  ¿Y eso te importa?
-  No.
-  A mi tampoco.

A veces la insensatez
te da todo lo que necesitas
la fortaleza, la dignidad,
incluso el sentido del
humor
nadie más que tú lo sabe
los demás sólo pueden
imaginar, intuir, fantasear

Es el shock, los nervios…

Nada de eso
no había estado más sereno
en mi vida
más tranquilo
más consciente de mi
nula importancia.

Atiborrado de calmantes
la miré a los ojos
y solté una carcajada.





domingo, 16 de diciembre de 2018

El café

Está libre
la mesa de siempre
al final del bar
la última de la fila
como en una ordenada aula
los parroquianos leen la prensa.

Las ventanas a la izquierda
la sombra para los zurdos
sigo el ritual
mi mochila sobre la silla
pegada a la pared
pasillo para mi.

Poso mi viejo abrigo
sigo con guantes, mitones
manías
me siento cómodo con mi
aspecto abandonado,
vagabundo.

Ella me mira
me preguntan sus ojos.
Lo de siempre
un café, descafeinado, solo.
tiene ojos vivos
tras la barra.

No apuesto 
a los caballos, ni al boxeo
no bebo vino
ni cerveza
sólo café
no soy Henry.

El paso del tiempo
delata su escote
su energía lo disimula
todos la conocen
nadie se sorprende.
Mi café.

Libreta, lápiz
periódico, café
mitones, gorro
café caliente
miradas distraídas
palabras, las busco.

Pensar, a veces 
duele.
Pienso en los cambios
en las ausencias
el tiempo, en 
blanco, sigue el papel.

Reordenar mis ideas
escucho a un matrimonio
comentar las cosas del día
no me importan, pienso en ti
en los cambios
las cosas que eran del día.

Del día, 
de la semana
del mes
del olvido
que me va cambiando
que me desgasta.

En la mesa de siempre
al final del bar
quizás suene el teléfono
eso alivia un poco
la sensación de
derrota.














jueves, 6 de diciembre de 2018

La esquina desnuda


Voy a inmortalizar el ángulo muerto
la falta de luz
la esquina desnuda
el hueso sin carne
el corazón sin sangre.

Voy a arrancarme la piel
con mis dedos desnudos
olvidarme del mundo
extirparme los ojos
respirar el veneno.

Me encerraré en mis zapatos
enloqueceré entre el humo
bailaré sin tocar el suelo
pintaré la niebla en el recuerdo
y llenaré mi tumba de huesos.