lunes, 7 de agosto de 2017

El camino (domingo)

Hoy no he perdido nada
porque nada puedo perder
he mirado desde la ventana
para ver lo mismo que ves.
Suficiente regalo.

He muerto una vez más
para sentir en mi cuerpo
el calor de tus manos
como sombra en calle desconocida
y romperme como un niño.

Cuando ya nadie me esperaba
José Cuervo fue mi amigo.


Fotografía: William Gedney


El camino (sábado)

Hora tras hora
inclinando el rostro
ocultando la mirada
felicidad fingida.

Descubrí la imagen
de calles cercenadas
por hilos de metal
llenos de historias antiguas.

Al otro lado del camino
pasean tus pies descalzos
inalcanzables
un día más.



viernes, 4 de agosto de 2017

El camino (viernes)

Oculto
bajo la sombra de un gato.
Ahí estaba
mendigando un susurro.
Perdido
entre hojas amarillentas,
fotos que un día fueron
ese preciso instante.

¿Cómo puede envejecer
la luz?
¿y si ya no nos ilumina
la misma estrella,
aunque la distancia
se encoja?
¿y si los silencios
ya no son respuestas?

Puedo golpear,
oculto en la sombra,
las luces de la frontera
y esperar el fulgor
de una nueva estrella
en mi camino.







El camino (jueves)

Me senté a solas
a mirarte en el espejo
tu imagen es la imagen
de una imagen.

Atrapado en tu espalda
una cárcel de cristal
sin retorno
sin salida.

Seguí mirando tu espalda
cuando ya no había nadie.




El camino (miércoles)

Imaginé las cicatrices de la tierra
como caminos que nos acercan.

Imaginé las cicatrices de tu cuerpo,
como el lugar en que reposar mis mejillas.

Te imaginé acercándote
bajo el sol de agosto.

Para sentirte más lejos
cuando más cerca estabas.