domingo, 23 de octubre de 2016

Eternos


Jim cruzaba como cada día
ensimismado, sin ver los semáforos
su inseparable libreta de tapas verdes
en su izquierda,
cigarrillo y cerveza en su diestra
muriendo a cada paso
rumbo al Whisky a Go Go
brújula precisa que apacigua
infiernos que nadie más comprende
bautizando risas incontenibles
danzando desnudos al Rey Lagarto.

Bob clavó sus botas
sobre seis dedos de nieve
mezcla de fastidio e indiferencia
tras saltar del mercancias
guantes raídos y dedos salvajes
aferrados a la funda de una guitarra
el frío bendecía los labios
los labios bendecían el Jim Beam
botellas para bendecir
cada día que te mantienes en pie
tras las huellas de Woody.

David la miró con su ojo izquierdo
y viajó al caos y al color.
La miró con su ojo derecho
y se sepultó en sombras y ruinas
Lázaro, moriremos un día más
en las ruinas del viejo Berlín
Viajaremos al espacio, como cometas
moveremos las estrellas
seremos como ellas
bellas, frías y distantes.
Saludemos a Tom.

Janis gritó de rabia
pisó el pedal derecho del mercedes
con la furia de una bomba nuclear
y la insolencia de 26 soles
cruzó la autopista un millón de veces
con risa enloquecida
ningún poli fue lo bastante rápido
ningún cactus lo suficiente afilado
ningún polvo el adecuado
Gritos salvajes de una perla
enterrados en el Pacífico.

Jimi hizo temblar los dedos
del mismísimo Dios
incapaz de encender un cigarrillo
miró a todos desde el espejo
la imagen invertida y osada
en equilibrio sobre seis cuerdas
insolente y libertino, Joe, ¿a dónde irás?
fabricas tu propio infierno
sudoroso e imprudente de tetas desafiantes
infierno eléctrico, ángel negro
desafiante.

Volvimos anoche a vuestro lado
como cada noche volvemos
entre el humo y el sudor
y el alcohol y las risas
y la lluvia y la nieve.

Y volvisteis, volvéis.


















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