Hay días que saben
a humo y arena.
Días de sudor
negro y ácido.
Días de café
sin azúcar.
De caminar con el rumbo perdido
y rodeado de nadies.
Días de ojos plateados
y labios resecos.
De pies doloridos
y sueños muertos.
De camas desnudas
y pasiones ahogadas.
Saluda a la lluvia.
Y duerme.
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