lunes, 24 de diciembre de 2018

Miradas


Ese día la miré
directamente a los ojos
me reí en su cara
sin dudas
sabía que era cuestión
de tiempo
quizás, incluso, ese era
el momento
el fin de mi tiempo.

No me importó
me reí en su cara
con dos cojones
o sin pensarlo mucho
eso es lo de menos
lo importante es que allí
estábamos,
los dos
mirándonos fijamente
víctima y verdugo
la fuerza y la debilidad
sin saber muy bien quien
era quien

¿No tienes miedo?
- En absoluto.
- Eres un insensato.
-  ¿Y eso te importa?
-  No.
-  A mi tampoco.

A veces la insensatez
te da todo lo que necesitas
la fortaleza, la dignidad,
incluso el sentido del
humor
nadie más que tú lo sabe
los demás sólo pueden
imaginar, intuir, fantasear

Es el shock, los nervios…

Nada de eso
no había estado más sereno
en mi vida
más tranquilo
más consciente de mi
nula importancia.

Atiborrado de calmantes
la miré a los ojos
y solté una carcajada.





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