yo soy nada.
Abandóname.
¿Quieres tocar mi mano
devastada por tu ausencia
transformada en garras
para robarte la piel?
Podrías soñar por un instante
con el dolor de mis dedos
cuando sólo encuentran aire
para saciar sus deseos.
¿Lo lamentas?
Abandono esta ciudad
que no me pertenece
buscaré la sombra
en el desierto.
Me dejaré desgarrar
cada noche
seré el dios perro
y no seré nada.
Nunca más.
(El Dios Perro 01)