viernes, 9 de diciembre de 2016

Háblame

Háblame.
Háblame como si hubiese muerto,
como si ya nada importase.

Háblame con la ternura de las flores,
sin el pudor de quien es escuchado.
Háblame como si el mundo se detuviese
y ya nada tuviese sentido.

Háblame con la frialdad del mármol,
con la dureza del bronce,
con la seguridad de quien no tendrá réplica.
Con la sinceridad de una sombra.

Háblame como si ayer fuese mañana,
como si la resaca fuese eterna,
como si nunca hubieras muerto a mi lado,
como si nunca hubiera soñado en tus brazos.

Yo te escucharé.
Yo te escucharé.

Te escucharé.









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