viernes, 16 de diciembre de 2016

Almamante


Como lágrimas a la escucha de una melodía tierna
descubriendo, lentamente, los contornos de mis ojos
apareciste, almamante, para humedecerlos por completo
cuando las hojas de otoño invadían, moribundas, las calles.

Aire cálido colándose de incógnito entre los dedos,
oculto tras palabras, versos y poemas, calima clandestina.
Nocturna y seductora, encadenaste mañanas a las noches,
alargaste lágrimas y melodías, y compartiste... compartiste.

Que el silencio no te engañe, que nada es lo que aparenta,
que no existe la distancia, ni el calor se rinde al frío,
que las guerras no son nuestras, aunque caigamos heridos.

Ahora que el frío arrecia, que la niebla invade el bosque,
sigue aquí, almamante, colándote entre mis dedos,
calima clandestina, entre versos y poemas.













7 comentarios:

  1. Tal vez cuando alguien así aparece en nuestras vidas, es porque era destino... estaba ya escrito que esas almas se encontraran... Y por eso entre ellas no hay distancia, salvo la de un latido...

    Hermoso es un adjetivo que le queda aún pequeño a tu poema... es más, mucho más. Te superas cada vez.

    Un beso.

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  2. Ya no puedo ponerme el sombrero, para qué? :)

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