Fui silencio por un instante
ciego y desesperado.
Perdóname.
Por haber ofrecido mi alma
y sentirme vacío.
Por no ver las cicatrices
que el mar nos grabó en la carne.
Por desear tu cuerpo
más allá de lo imaginable.
Perdóname.
Por hacerme sentir un dios
y querer ser sólo tuyo.
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