jueves, 25 de agosto de 2016

En la tormenta



Si sólo me perturbase
la luz de tus ojos
no viviría en la tormenta.

Caminaré
por esta eterna autopista
descalzo y dolorido
abrasado por el fuego.

Tú sabes
que al final, me espera
el gran asesino.

Rodeado 
de cuervos y tempestades
observándome con 
sus cuencas vacías.

Poco importa ya
el final de la hora
del lobo.

Si he vivido el caos
que me provocas,
si disfruto viviendo
en la tormenta.







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