martes, 7 de junio de 2016

Cárcel de huesos


En una cárcel de huesos,
para encerrar mis latidos.

Así me siento.

Soy ánfora de sangre y carne,
para guardar tu aire.

Así me siento.

Cuarteada la piel, 
sin la humedad de tu boca.

Así me siento.

Herido por el roce
de un aliento lejano.

Abrasada la piel
ante el mínimo gesto de tus manos.

Con la música y tu voz,
arrasándome centímetro a centímetro.

Así me siento.

Has roto los confines del cielo,
con el filo de un jazmín.

Acariciado las nubes,
con la suavidad de una cuchilla.

Profunda herida,
bella y dolorosa.

Así me siento.

Consumido por tu aliento.


Fotografía: Guillermo Asián




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