He ido guardando silencios
como pequeños tesoros
que hay que ocultar
para no envilecer el alma.
Se te queda pequeño
el mundo, decías.
Hoy es un lugar inmenso
sucio y sin sentido.
Mi abuelo cuenta
que antes de la oscuridad
la vida te regala
una pequeña sonrisa.
Una broma cruel.
Perseguí las vías del tren
caminando por la cicatriz
que divide la ciudad
en sombras y luces.
El claroscuro resultaba feroz
dos railes, dos alambradas
dos mundos divididos
sin querer admitirlo.
Los ojos opacos
buscaban el cielo
encarcelado por raíles
y alambradas.
La lluvia.
La mañana resulta extraña
fuera de lugar.
Eso era todo
estar fuera de(l) lugar.
Fotografía: Juan Yanes
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