viernes, 9 de marzo de 2018

Cada domingo

Me acostumbré a caminar a solas
entre las piedras medievales
a la luz de las farolas
y las miradas felinas.

Me acostumbré a dejar mi mente libre
al ritmo de pasos tranquilos
recorriendo episodios
de otra noche más.

Me acostumbré a abrir las ventanas
incluso en el amanecer más gélido
imaginando la brisa
como una parte de ti.

Me acostumbré a amarte
estando solo
entre piedras medievales.




3 comentarios:

  1. Cuando el amor se hospeda en el corazón, no hay tiempo ni espacio que mitigue su fulgor…

    Bellos y sentidos versos…

    Bsoss y abrazos, y feliz semana.

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  2. In queste righe hai racchiuso la luce d'orata, un qualcosa molto vicino al perdersi del tempo, qualcosa di ancora più bello come l'amore.
    Molto bello il tuo mondo un piacere per me poterti seguire.

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