lunes, 13 de marzo de 2017

Abismos

Miré el abismo, confiado
en la fuerza de mis alas
arrogante, como Ícaro reencarnado
frágil, como un joven ángel.

Tan fino el hilo que apenas me sostiene
infinito, sin principio ni fin. 
Invisible.

Caminé en silencio
con los ojos vendados
sin importarme el vacío.

Sin atender a tormentas
encadenado al fino cabello
que me protegía del abismo
y me enredaba entre sus dedos.

Me deslizo en el agua
lejos de la tierra
perdido en el tiempo.

Sin destino
sin futuro
sin alma.












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